Angloben realiza un análisis sobre las herramientas de medición de la madurez digital.
Los acontecimientos constantes en el campo de la tecnología, junto con la rapidez y magnitud con la que se generan, plantean crecientes desafíos para las empresas, las políticas públicas y la sociedad en su conjunto. Estos cambios han dejado de ser una tendencia frágil y temporal, para convertirse en un patrón de competencia a nivel mundial.
La economía digital es un fenómeno emergente y complejo, relacionado con la Microeconomía, la Macroeconomía y la Teoría de la Organización y de la Administración (Orlikows- ki y Iacono, 2000). Su análisis en la actualidad es relevante ya que en opinión de varios autores y organismos internacionales la economía digital explicará el crecimiento de la economía en las próximas décadas (Margherio, 1998; Kling y Lamb, 1999). La economía digital ofrece oportunidades siempre que los ciudadanos sepan aprovecharlas. Para 2020 se prevén 16 millones más de puestos de trabajo que requieran competencias en las TIC y, ya en 2015, el 90 % de los puestos de trabajo requerirá cualificaciones básicas en tecnologías de la información (Agenda digital para Europa). La repercusión económica de la transformación digital se aprecia en que por cada dos puestos de trabajo perdidos en actividades tradicionales, la economía de internet crea cinco, en que la economía digital de la UE crece un 12 % al año, hay más abonos de telefonía móvil que personas, el sector europeo de las TIC emplea a 7 millones de personas y la mitad del aumento de la productividad se debe a la inversión en tecnologías de la información y las comunicaciones (Agenda Digital para Europa[1]).
Para algunos autores la economía digital define un nuevo sistema socio-político y económico, caracterizado por un espacio inteligente que se compone de información, instrumentos de acceso y procesamiento de la información y capacidades de comunicación (Carley, 1999). Por otra parte, según Zimmerman y Koerner (1999, 2000) la economía digital está basada en la digitalización de información y en la respectiva infraestructura de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). Desde el punto de vista macroeconómico y microeconómico, la digitalización crea un espacio de intersección entre los avances tecnológicos y la innovación en los procesos de negocio en las empresas (Zysman y Weber, 2000). Desde esta óptica, según Kling y Lamb (1999), la economía digital es un sector de la economía que incluye los bienes y servicios en los que su desarrollo, producción, venta o aprovisionamiento dependen de forma crítica de las tecnologías digitales. Sin embargo, en la actualidad, se puede hablar de nueva economía o de economía digital en la medida en que las TIC, en especial Internet, están transformando y lo seguirán haciendo en el futuro, la dirección y organización de empresas y la competencia entre las mismas en todos los sectores (Cohen, de Long y Zysman, 2000). La economía digital está afectando a las empresas u organizaciones, a las decisiones de localización, al tamaño, la estructura organizativa y las relaciones con otras empresas, a la estructura de los mercados, a los precios de los bienes y servicios y a las características del mercado laboral, entre otros aspectos (Haltiwanger y Jar- min, 2000).
El objetivo del presente trabajo ilustra la visón del mercado único digital europeo, como motor del crecimiento y empleo. Así como, la normativa que regula las bases estadísticas, que establecen una toma de datos común en la Instituciones de los países miembros, a través de Eurostat, que su vez dirige los cuestionarios establecidos a la Institución Nacional de Estadística (INE) Español y al Instituto Estadístico de Andalucía (IEA). Los datos obtenidos por los centros estadísticos son tratados bajo la metodología DESI (Digital Economy Society Index) que mide la digitalización de los estados miembros, según las dimensiones establecidas en la metodología de indicador sintético. Estudiado el entorno digital europeo, analizaremos la posibilidad de introducir variables o mejoras en los instrumentos de medida, a fin de poder enriquecer el análisis de las implicaciones de la transformación digital. Así pues, se concluirá con propuestas metodológicas orientadas especialmente a la medición de la transformación digital en la pyme de menos de 10 trabajadores, como instrumento necesario para un mejor diseño de acciones orientadas a favorecer la introducción de las empresas y la sociedad en general en la economía digital.
[1] Comprender las políticas de la UE :Documento relanzar la economía europea.